Es
muy típico en los sitios con humedad usar fermentaciones o extractos para ayudar a las plantas. Este año hemos tenido temperaturas muy bajas hasta principios de verano y
bastante humedad en el suelo y en el ambiente por las tormentas así que hemos decidido usar este método preventivo para proteger a nuestras plantas.
La
bardana, cuyo nombre científico es
Arctium lappa, es una planta de
grandes hojas de color ceniciento por debajo y sus peciolos tienen un ligero color rojizo parecido al ruibarbo. Se la distingue muy bien por sus
flores y semillas con ganchitos que se enganchan en la ropa o pelo de los animales para dispersarse.
La bardana es un
buen fungicida y se utiliza
contra
el mildiu (es una buena opción para climas húmedos como tratamiento
preventivo). Con la bardana se pueden hacer
acolchados y con las
cenizas de sus hojas aportas potasa a las plantas. También es
un buen
bioestimulante para fortalecer las plantas antes de la
floración.
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pulverizando los frutales con fermentación de bardana |
La
fermentación se suele hacer con las
hojas, que se deben recoger antes de la floración.
La raíz es más rica en los principios activos (calcio, magnesio, fósforo, potasio y sílice) pero más incómoda de recolectar aparte de producir la muerte de la planta. Os recomendamos coger las hojas de distintas plantas de bardana para no dejarlas sin hojas. La podéis encontrar
en terrenos baldíos, bordes de caminos... nosotros la recogimos en la ribera del río en Mave (Palencia). Una vez que tengáis las hojas hay que hacer un extracto mediante la
fermentación, como el purín de ortiga (podéis ver el proceso
pinchando aquí) y pulverizarlo sobre las plantas diluido en agua (nosotros hicimos 33 ml en 9 litros de agua).